La temporada pasada fue un torbellino de emociones para los Cincinnati Bengals. Desde el Training Camp hasta la Semana 18, los Bengals tuvieron que enfrentar la adversidad en cada esquina. El quarterback Joe Burrow se lesionó la pantorrilla de manera inexplicable en el Training Camp, lo que lo dejó fuera por un tiempo, pero logró recuperarse justo a tiempo para el inicio de la temporada regular. Sin embargo, su rendimiento se vio afectado al menos hasta la Semana 4.
Después de su segunda derrota, el propietario Mike Brown decidió intervenir y asistió a la práctica para hablar con Burrow. En un gesto poco común, Brown recogió a Burrow en un carrito de golf y mantuvo una conversación privada con él. Aunque en ese momento Burrow parecía frustrado, no fue hasta recientemente que se revelaron los detalles de esa conversación.
Durante un almuerzo con los vecinos del barrio, Brown reveló su intención inicial de dejar a Burrow en la banca después de esa derrota. Sin embargo, Burrow reaccionó con pasión y lideró a los Bengals a una victoria en Monday Night Football, a pesar de no estar al 100%. La moral del equipo decayó después de una derrota ante los Titans por 27-3.
Casi un año después, Burrow ha recibido el visto bueno para unirse al equipo tras recuperarse de una lesión en la muñeca que lo dejó fuera de la temporada. Aunque no se conocen las reacciones de Burrow ni del entrenador en jefe Zac Taylor a la decisión inicial de Brown, este último ha expresado arrepentimiento por haber querido dejar al quarterback en la banca en su momento.
Teniendo en cuenta la historia de los Bengals y de la familia Brown, la intromisión de Mike Brown no sorprende del todo. Aunque no alcanza el nivel de intervención de propietarios como Jerry Jones, demuestra la pasión y compromiso de Brown con su equipo.